sábado, 4 de marzo de 2023

SATURDAY NIGHT AT THE MOVIES 030: SUFRE MAMÓN (1987)

 

Nunca es sencillo identificar el modelo narrativo que adoptan algunas películas absolutamente centradas y dedicadas a un grupo musical. Muchas de ellas están concebidas como meros vehículos promocionales, lo que explicaría, en el fondo, que los relatos sean más bien débiles o incluso que presenten una factura global, más allá de lo musical, algo apresurada. Lo que no les suele brindar mucha repercusión en el tiempo. Pero esa cuestión no es tan relevante, porque la cinta de Hombres G, es mera diversión, plagada de citas y alusiones a géneros populares, nada pretenciosa pero interesante como producto de su época. En España este subgénero musical había dado, más que otra cosa, historias sobre estrellas infantiles o adolescentes. Marisol o el grupo Parchís protagonizaron películas de éxito. Marisol llegó a los nueve títulos, mientras que Parchís apareció en cuatro. Por tanto, no puede sorprender que Manuel Summers pensara en estrenar alguna cinta como vehículo de promoción del grupo de su hijo David y, a un tiempo, como producto ligero diseñado para su éxito inmediato en taquilla. 

Los Hombres G contaban con varios elementos a su favor. Eran chicos muy jóvenes que no estaban emparentados con las postrimerías del franquismo, tocaban un pop-rock pegadizo, divertido y repleto de citas, muchas de ellas cinematográficas, estaban en el centro de una nueva cultura juvenil que irrumpía con fuerza en la televisión, los medios escritos e incluso en el cine y, en resumen, encajaban bien con una nueva orientación que dejaba de lado las discusiones políticas sobre la herencia del franquismo para centrarse en cuestiones de orden sentimental. 


El arranque de ¡Sufre, mamón! resulta ilustrativo. La película empieza con un montaje alterno de un concierto de Hombres G y escenas de David Summers y Javier Molina en el colegio religioso en el que cursan el bachillerato. Los músicos realizan toda suerte de trastadas a sus profesores, que son sacerdotes, se burlan de ellos, les tienden trampas, y se meten en la capilla del colegio para inundar un confesionario con espuma antiincendios, entre otras cosas. Al final, los expulsan del colegio, pero a nadie se le escapa que esos religiosos son los restos de una educación religiosa todopoderosa durante el franquismo. Muchos de esos profesores quedaron como un vestigio, intercalado entre profesorado laico que ocupaba centros concertados e incluso privados, pero con sus antiguos poderes muy disminuidos. Summers y Molina contestan la autoridad de una religión que había constituido una parte importante del aparato moralmente represor del Estado, se ríen de los sacerdotes y cifran ya el tono humorístico de la cinta desde el inicio. Se nota, por esa irreverencia contra la religión y por el desafío constante de los miembros del grupo contra cualquier tipo de autoridad, que los tiempos habían cambiado y que esa cultura juvenil en desarrollo tenía un componente antiautoritario marcado por la tradición del rock y los modelos que servían de referencia del grupo. 

¡Sufre, mamón! construye su propuesta sobre el modelo de las películas clásicas de instituto, las comedias adolescentes, y sobre la historia de la canción que da título a la cinta. Parodian las películas protagonizadas por un músico joven de pose chulesca (un poco a lo Elvis Presley), o por un joven de buena familia a lo "Risky Business" (Paul Brickman, 1983), que necesita demostrarle al mundo (y a las chicas) una hombría que hoy sancionaríamos como algo completamente fuera de lugar. 


La historia de la canción "Devuélveme a mi chica" es conocida. La compone David Summers contra un chico que le había robado la novia con el objetivo de cantarla en directo ante los protagonistas de esta historia de amoríos adolescentes (que debían acudir a un concierto de la banda). La canción tuvo un éxito tal que acabó conociéndose popularmente como ¡Sufre, mamón! y dio título a la primera película del grupo. En esencia la canción permite explicar el relato de esa primera película. Un trío amoroso adolescente, mucha testosterona y una pose de masculinidad muy propia de los ochenta del protagonista de la canción (que luego en la película se identifica mediante una suerte de autoficción paródica con el propio David Summers) son los elementos del cóctel. Y esos componentes no son azarosos, sino el resultado de una (auto)exclusión más o menos consciente. Cuando se publica el primer LP de Hombres G, en 1985, la movida madrileña estaba agotándose. El grupo de David Summers nunca formó parte de esa escena musical, que había aglutinado a formaciones como Nacha Pop, Radio Futura o Los Secretos. Hombres G eran más jóvenes, llegaron algo más tarde (no mucho, pero sí unos cinco o siete años después), vestían ropa de marca (o, cuando menos, no la misma ropa que tantos grupos de finales de los setenta y principios de los ochenta) y no vivían sus vidas de manera marginal o extrema. No usaban, podemos decir, sus propios cuerpos como el lienzo sobre el que pintar la rebeldía, como sí habían hecho otros ilustres sujetos de la Transición, como Ocaña, Nazario o varios músicos, como Antonio Vega, Carlos Berlanga o Fabio McNamara. 

El humor de Hombres G es muy autorreferencial, desacralizador, gamberro, grueso en muchas ocasiones, y algo alejado de una buena parte del humor que podemos encontrar en algunas propuestas de la movida madrileña. Pero, por grosero que pueda resultar en ocasiones, el humor sigue siendo un arma poderosa. Vemos en la película un uso constante de la sátira contra instituciones como la educativa, e incluso contra la familia o los grupos de amigos. 


Tras ser expulsados, David y Javier pasan a otro colegio, donde siguen provocando los mismos líos. Porque ¡Sufre, mamón! cuenta la historia (ficticia) de la formación del grupo, al tiempo que rescata algunos datos reales para dar forma a esta suerte de falsa autobiografía o autoficción paródica. Digo esto con todas las precauciones posibles, puesto que el díptico de Hombres G no está planteado como una reflexión metateórica sobre la capacidad especular del cine ni como una indagación autobiográfica, sino más bien como un vehículo de promoción comercial, construido, eso sí, con abundantes mimbres intertextuales. 

En la película de Hombres G encontraremos un grupo musical en la vida real proyectado en la ficción, y un director de cine (Manuel Summers) que es el padre del líder de la banda, David Summers. Este entramado activa una lectura que podemos situar en algún punto entre la autobiografía deformada  y paródica y la pura ficción. De lo que sí estoy seguro es que tal planteamiento busca activamente fomentar, por motivos humorísticos, una confusión que, lejos de molestar al receptor, le permite aceptar la doble condición de los protagonistas como sus ídolos musicales reales y como personajes de ficción construidos a partir de una conocida (para esos mismos espectadores) base referencial. Ese juego especular se ve reforzado por la coincidencia entre el argumento del film ¡Sufre, mamón! y la historia que cuenta la canción "Devuélveme a mi chica". 


El humor de tono grueso que conlleva la cinta de ¡Sufre, mamón! se corresponde con una época de liberación, que había dejado atrás el franquismo y que ya no obligaba a medir cuestiones como el chiste sexual. Encontraremos ejemplos de humoristas de trazo grueso en bastantes programas televisivos de la época. Pero la cuestión es el valor de dicho humor, que aquí se asocia a la propia actitud juvenil de los protagonistas. Se aprecia en !Sufre, mamón! una actitud, por parte de los jóvenes que aparecen en la historia, contestataria y crítica con sus mayores. En el fondo, no dejaban de ser los herederos, a su pesar de la movida madrileña, de la que recuperan esa actitud antiautoritaria, si bien ésta aparece mezclada con una aproximación a la masculinidad diferente. Si los jóvenes de la movida se beneficiaron del boom económico de los sesenta, que era el vivido originalmente por sus padres, y de la cultura de consumo asociada a ese crecimiento del país, los jóvenes de la posmovida siguieron esa estela, haciendo del consumo un centro sobre el que construir sus identidades. 

Esos jóvenes devoradores de marcas endurecieron la pose como forma de reacción ante un movimiento que a mediados y finales de los ochenta no sólo era historia, sino que se había vuelto una especie de sello exclusivo. El haber participado en aquella explosión de autenticidad otorgaba un prestigio cultural que los más jóvenes como Hombres G no podían conseguir por no haber estado allí. Así que les quedaba librar la batalla en otro frente, el del consumo y el de la definición de una masculinidad algo más dura, de tintes chulescos, acorde a la estética de los nuevos tiempos, promovida por un cine norteamericano plagado de testosterona y acción. El hecho de que el grupo se ría un poco de esta pose, y que opten por potenciar algunos elementos autoficcionales en su película, demuestra no solo inteligencia comercial, sino un buen conocimiento de los nuevos mecanismos del mercado. Si varios participantes de aquella movida madrileña (explosión creativa, no lo olvidemos, también presente en otras ciudades) criticaron el mercado y el ansia comercial de no pocos artistas, Hombres G abrazaron el mercado sin reservas. Si en una película como "Laberinto de Pasiones" (Pedro Almodovar, 1982) los jóvenes se rebelan contra sus padres a través del desarrollo de actitudes sexuales no convencionales para la época, en 'Sufre, mamón!, los jóvenes (representados en gran medida por los músicos del grupo) se rebelan abrazando el mercado y disfrutando el éxito. Lo demás, los combates de boxeo, la pelea por la chica, el sabotaje de conciertos ajenos, emparenta la cinta con una parte de la producción de teen movies, tan de moda en los ochenta. La película contiene incluso su propia parodia de "Rocky" (1976), lo que demuestra el gusto del grupo por los referentes de la cultura popular. 


El equipo de la película fue lo más parecido a una reunión familiar. El crédito de guion fue monopolizado por el apellido Summers, así como el puesto del ayudante de dirección, que ocupó el hermano de David, Manolín. A Curro Martín Summers, primo del líder de Hombres G, le tocó interpretar a uno de los personajes más graciosos, Pepe Punki, y Guillermo Summers, su tío, hacía un cameo. El villano de la película, el tal Ricky Lacoste del Ford Fiesta blanco y jersey amarillo, también era un primo de David. Y la novia del cantante, sin duda la mujer más odiada de España en 1987, era su propia novia, Marta Madruga. 

¡Sufre, mamón! fue un taquillazo que llevó a las salas a un millón de espectadores. "A mi me transmite mucha ternura aún. Me siento muy orgulloso de ella. Sobre todo porque es una película de Manolo Summers, más que de los Hombres G. Los gags, la manera de hacer cine son de mi padre", explica el cantante. 


But before we get to the main feature, let's enjoy... 

The Pre-Show

    

Nuestro pre-show está dedicado hoy íntegramente, como es lógico además, a los Hombres G. Disfrutaremos de dos entrevistas, una, donde los Hombres G, nos deleitan con sus anécdotas en el programa de Jordi Rosado y otra entrevista reciente donde David Summers se sincera sobre muchas cuestiones relativas a los Hombres G. Sin embargo, a destacar el documental "Fue Hace 30 Años" donde a través de sus confidencias, nos trazamos una idea concreta de lo que suponía ser un Hombres G. He dejado para el final, lo que a mi humilde entender, es "la guinda del pastel", "Hombres G en la Playa", maravilloso documental / concierto en una de las zonas más paradisiacas del planeta. Step right up and enjoy! 

Of course let's not forget our "TV on Deck" section, where we'll enjoy an extension of last week's adventures of 60s and 70s half hour comic sitcoms plus the thrilling on-going serial The Batman. 



The Main Feature

Title: ¡Sufre, mamón! 
Director: Manuel Summers 
Cast: Hombres G / Marta Madruga / Gerardo Ortega / Guillermo Summers 
Release Date: 1987 
Country: Spain 



On Your Way Out

Grab 'em! Use 'em! Enjoy 'em! As usual you'll find diverse resources that hopefully, will enhance today's experience right here at Saturday Night at the Movies. 

Cheers, Shade. 


Note: Password for all files: Shade'sVintageRadio 

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